A simple vista el Running es simplemente correr y el cerebro no tiene un especial protagonismo. Pero ciertamente no es así. Ese ejercicio físico incide de forma directa sobre la función neuronal.

Entre los muchos efectos que tiene el ejercicio aeróbico en el organismo se conoce que producen un aumento de factores neutróficos, como el IGF1, el BDNF (Brain Derived Neutrofic Factor) circulante, lo que promueve la neurogénesis en el hipotálamo, el VEGF y el NGF. Y parece ser que la intensidad del ejercicio incide en ese nivel de BDNF circulante.

Desde un punto de vista funcional, el cerebro necesita muy pocas cosas. Necesita principalmente oxígeno y glucosa, que le llega a través del sistema circulatorio, y a partir de ahí vitaminas del grupo B en dosis mínimas, ácidos grasos esenciales en dosis pequeñas y algunos minerales que ya están en la dieta. Tiene una increíble capacidad de procesamiento de información con un relativo bajo coste energético (aproximadamente consume lo que una bombilla, unos 60 wats). Eso no significa que su consumo sea reducido, al contrario, es el órgano con el mayor gasto metabólico de todo el cuerpo. Representa el 2% del peso corporal y consume aproximadamente el 20% de la energía total cuando se está en reposo. Y además consume energía de forma permanente, incluso cuando se duerme. El aporte elevado y constante de esa energía representa un esfuerzo considerable que depende casi en exclusiva de la glucosa como sustrato energético.

Así tenemos un órgano como el cerebro que tiene un alto gasto energético que lo hace muy sensible a la falta de O2 y glucosa que utiliza casi exclusivamente como recurso energético y de la que se dispone una capacidad muy limitada de almacenamiento en el organismo. Por eso una mejora a nivel cardiovascular, respiratorio y metabólico tendrá un efecto positivo sobre la función del cerebro. Y el running es una excelente actividad para ello.

Si a ese beneficio ¨fisiológico¨ que proporciona un sustento estructural desde donde se desarrolla el funcionamiento global del cerebro, le sumamos el beneficio neuronal que se produce al modificar ciertas características del running para producir un enriquecimiento de la neuroestimulación, obtendremos un doble beneficio del que se podría considerar como neurorunning.

Aquí apuntamos 10 formas de enriquecer la neuroestimulación en una sesión de running.

  • Outdoors.

Realizar la actividad al aire libre. Si es por un entorno natural, mejor y si es de gran belleza, mejor aún.

La riqueza de estimulaciones es mayor en ambientes externos y sobre todo en entornos naturales de gran belleza por su carga emocional.

  • Terreno irregular.

Practicar el running por un terreno irregular y no conocido de dificultad media/alta estimula la concentración, el análisis de información y la toma de decisiones. Favorece la coordinación motora.

El Trail Running reúne estas dos primeras formas de enriquecimiento.

  • Improvisación.

Improvisar el recorrido de forma espontánea sin pensarlo previamente. Lo único que debemos saber es la dirección de salida y la duración de la sesión.

Estimula la creatividad.

  • Objeto.

Llevar una pelota de tenis en las manos jugando con ella.

Estimula la percepción y la coordinación manual.

  • Entoro nuevo y/o desconocido.

Correr por un lugar o espacio por el que nunca antes hayamos pasado. Este ejercicio es interesante repetirlo cada semana porque va aumentando así su dificultad.

Estimula la creatividad y la memoria.

  • Retrorunning.

Hacer inervalos (puede ser de 1/4) de retrorunning y de carrera normal.

Estimula la neuroplasticidad, la coordinación y la percepción.

  • Técnica de running

Intervalos cambiando la longitud de zancada. Zancada normal y zancada corta/larga.

Estimula la percepción, la concentración y la coordinación motora.

  • Cuidado donde pisas.

Intervalos cortos concentrado en no pisar rayas del suelo.

Estimula la concentración y la toma de decisiones.

  • “Fartlek” con amigos.

Realizar junto a otras personas intervalos de cambios de intensidad, de forma espontánea, sin previo aviso, sin distancias ni tiempos marcados. Se debe de realizar en compañía.

Estímulo cardiovascular elevado. Estimula la neuroplasticidad al requerir una cierta adaptación a la sorpresa y la novedad. La convivencia con otras personas también estimula el cerebro.

  • Correr, caminar, correr.

Intervalos cambiando la intensidad. El caminar debe ser rápido, a elevada intensidad.

Estimula la adaptación a los cambios.

  • Filosofando

Actividad a intensidad baja pensando sobre un concepto específico. Por ejemplo, la diferencia entre improvisación y espontaneidad.

Estimula las capacidades cognitivas.

En una semana de 3 sesiones de running, se puede introducir 1 sesión de neurorunning. En cada sesión de neurorunning se pueden introducir 1 o 2 de estas formas.

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